No es un taller, es un templo.
Aquí cada coche tiene historia, cada mano sabe de rock and roll y cada rincón huele a cultura sobre ruedas.
Americanos, clásicos, únicos.
Sevilla lo tiene, y se llama pasión.

Donde los clásicos no mueren, se afinan.
Bienvenidos al backstage del metal más puro.
Nada de coches modernos. Aquí se respeta el origen, el rugido auténtico.
Cadillacs, músculo, tornillos y gasolina con historia.
Y sí… también actitud.
Grasa, rock y Cadillac. Sevilla también sabe rugir.
En este garaje no se arreglan coches, se restauran sueños con alma americana y ritmo sureño.
Sevilla, pero con el corazón en Detroit.

Aquí no termina un arreglo, comienza una nueva vida. Porque cada coche que sale de este taller no es solo metal y pintura: es memoria, alma y leyenda sobre ruedas.

Francisco Guerrero
Que el óxido nunca borre la memoria. Que los motores siempre encuentren su voz. – FG
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