


En La Manduca, Sevilla no solo se viene a comer, se viene a vivir un momento. Desde que cruzas la puerta, te recibe una sonrisa auténtica, de esas que hacen que empieces bien el día. Aquí el café humea, el pan cruje y las conversaciones fluyen entre el aroma a aceite de oliva y el murmullo de la calle.

Desayunos que saben a Sevilla
Su oferta de desayunos es un viaje por los sabores de siempre: panes tiernos y crujientes con jamón ibérico, tostadas con aguacate y tomate recién rallado, o ese baguel que se convierte en un tesoro para llevar contigo si el día te sorprende con prisa. O esos churros de toda la vida.

Un brindis por los buenos momentos
Vinos que acompañan y realzan cada bocado.
Donde la mañana empieza con aroma a café y pan recién tostado
La Manduca es ese rincón donde el tiempo se detiene y la luz de Sevilla entra a saludar.
Para empezar el día con buen pie
Porque un buen desayuno es la mejor inversión para tu jornada.

El desayuno que viaja contigo
Bocadillos y baguels listos para acompañarte en el día.

¿Por qué es tan importante contar con buenas fotos y trabajos visuales profesionales?
Primera impresión visual: Una fotografía bien cuidada capta atención al instante y despierta apetito.

La reina de las barras sevillanas
Suave, cremosa y con el toque justo para quedarse en tu memoria.

Paninis que conquistan a primera mordida
Crujientes por fuera, jugosos por dentro y con combinaciones que no fallan

Para comer con las manos y con gusto
Chicharrones. Porque hay placeres que no necesitan cubiertos.

Paninis con alma italiana y corazón sevillano
Una fusión de sabores que viaja desde el Mediterráneo hasta tu paladar.

Las personas que dan sabor a La Manduca
Detrás de cada café, cada tapa y cada sonrisa, hay un equipo que pone el alma en lo que hace. Son ellos quienes convierten una visita en una experiencia, quienes te llaman por tu nombre y saben cómo te gusta el café. Este es su espacio, su casa… y ahora también, la tuya.
Contar historias a través de la lente
Mi trabajo no es solo hacer fotos, es capturar lo que hace especial a cada lugar y a cada persona. En La Manduca encontré mucho más que platos deliciosos: encontré hospitalidad, pasión y una historia que merecía ser contada. Y ese es el verdadero objetivo de la fotografía gastronómica: que quien vea la imagen sienta que ya ha estado allí.
